Si se busca un deportivo de dos puertas con más de 400 CV, la respuesta suele ser muy sencilla: un Porsche 911. El fabricante alemán ha dominado este sector del mercado durante décadas, lo que hace que sea increíblemente difícil para los recién llegados. El Lexus LC500 es uno de esos pocos valientes que han hecho un intento. Se lanzó en 2016, y todavía se vende en números comparativamente pequeños, lo cual es una pena, porque no hay duda de que es brillante en el tema de dos puertas.
Esta nueva versión Limited Edition ha mejorado algunos acabados exclusivos por dentro y por fuera; el LC no carecía de atractivo, pero esta sutil actualización lo convierte ahora en uno de los coches más llamativos de la carretera. Todos los modelos vienen acabados en un tono de verde que Lexus denomina Terrane khaki, junto con un par de llantas de aleación de 21 pulgadas que llenan el arco. No es un coche que pase desapercibido. El habitáculo es igualmente llamativo. Sus asientos de cuero Saddle Tan son otra característica única, al igual que los paneles de las puertas de ante de color chocolate y el salpicadero de cuero negro ámbar con costuras de contraste marrones.
Por supuesto, la combinación de colores no será del gusto de todos, pero algo que no se puede cuestionar es el nivel de calidad y detalle del interior. Todos los botones, mandos y diales se manejan con verdadero tacto, y todas las superficies están perfectamente recortadas; este es uno de los mejores interiores de cualquier coche a la venta.
Una de las cosas que los compradores pueden elegir es el sistema de propulsión; este modelo Limited Edition está disponible con la opción del sistema híbrido V6 de 3,5 litros de Lexus o el potente V8 de 5,0 litros de aspiración natural de 457 CV. Esto impulsa las ruedas traseras a través de una caja de cambios automática de 10 velocidades.
Los cambios en la Limited Edition son puramente cosméticos, por lo que el LC500 sigue siendo como era al volante. A pesar de su aspecto y del enorme V8 que lleva bajo el capó, el LC es más un crucero de piernas largas que un auténtico deportivo. Esto se debe, en parte, a su peso, que está a sólo un gran almuerzo de las dos toneladas. A pesar de su masa y de las enormes ruedas de 21 pulgadas, la calidad de conducción del LC es muy buena en su mayor parte. Es fluida y flexible a alta velocidad, pero suave e indulgente a bajas velocidades, mientras que la caja de cambios se abre paso a través de sus 10 relaciones sin problemas, manteniendo el progreso silencioso y relajado.
Sin embargo, si se encuentra con una serie de baches o imperfecciones, la suspensión se esfuerza por controlar la masa del coche, enviando golpes en la cabina. El motor también necesita ser trabajado para sacar lo mejor de él; a diferencia de muchos rivales, este V8 no está turboalimentado. La respuesta del acelerador desde parado es un poco lánguida, pero como contrapartida se obtiene una entrega de potencia suave y predecible junto a una banda sonora V8 con muchos graves.
Si el motor de 5.0 litros se eleva por encima de las 4.000 rpm, empieza a tirar de verdad, mientras que el cambio automático de 10 velocidades realiza los cambios en sus modos más agresivos Sport y Sport+. Es poco probable que estés en la marcha correcta en el momento adecuado, pero las levas pueden anular las decisiones del coche. Las reacciones superiores se dejan para las carreteras rápidas o las autopistas, donde el LC rinde casi 30mpg en un recorrido largo.
El Lexus no se maneja con las reacciones o respuestas agudas de un 911, y hay un poco más de balanceo de la carrocería al entrar en una curva de lo que nos gustaría, pero eso no es sorprendente dado el peso del coche. La dirección es rápida -quizás un intento deliberado de añadir una sensación de agilidad- pero es bastante insensible y no transmite ninguna respuesta significativa a través del aro. A nivel práctico, el LC también tiene algunos defectos. Los asientos traseros son increíblemente estrechos y sólo se pueden utilizar como espacio extra para el equipaje; lo que en realidad es bastante útil ya que el maletero de 195 litros es diminuto y no tiene una forma muy útil. Un problema común a todos los modelos de Lexus es el sistema de infoentretenimiento, que está muy bien integrado en el salpicadero, pero que es terriblemente complicado de manejar con el trackpad. La pantalla también es pequeña y a menudo está sobrecargada de información.